domingo, 24 de abril de 2011

Cosas que no tienen sentido

De esta semana en adelante, y ya para siempre, he pasado a ser mayor que tú.

La forma más objetiva y empírica que se me ocurre de comparar las vidas de dos personas es contar los días que las llenan. Es absurdo, lo sé, pero sólo se me ocurre hacerlo así.

Recuerdo que de pequeños ser unos días mayor simbolizaba poder, experiencia e importancia. Hasta el punto de que tu inseparable amigo se echaba diez días encima sólo por poder decir que era mayor que tú. Pero no, tú eras el mayor de los tres. Porque el verdaderamente mayor, no jugaba a eso, se sentaba aparte y leía sobre barcos mientras nosotros tres paveábamos :)

Siempre fui la menor de todos, no de los tres, sino de todos, hasta el pasado día 21, en que cumplí veintinueve años, cinco meses y dieciséis días. Que son los días que contaste antes de que, hace dos meses, dos semanas y dos días dejaras de contar.

No sé si estará mal que escriba aquí (no sé si quien no sepa ya de qué hablo se enterará sólo leyendo). Quisiera contarlo como tú contaste días, como tú planteaste las cosas, desmenuzarlo para entenderlo, pero, igual que no he podido contarlo arriba con números y que mantenga un mínimo sentido, lo he intentado suficientes veces como para saber que con palabras tampoco se puede. Ni siquiera tú podrías explicármelo de manera que lo entendiera.

Pero no me molesta. Porque los amigos se apoyan y yo soy tu amiga, incluso ahora que has permitido que sea mayor que tú.