sábado, 26 de junio de 2010

El diablo y los vicios

Quien me conozca sabe que no somulgo con la iglesia católica, en realidad con ninguna iglesia, pero he encontrado las tentaciones del diablo en mi camino. Uno de los siete pecados capitales es la pereza y yo peco mucho de ella. Es tannnnnn fácil dejar de hacer las cosas que uno debe y no apetecen y mantenerse ocupado con actividades que requieren una actividad cerebral mínima... Durante años he gustado de ocupar ratos libres con estas actividades. Miro el correo, me engancho y cuando quiero recordar, he perdido dos horas. Llego a casa, me pongo y cuando me doy cuenta es la hora de cenar. No tengo ni idea de cuántas horas he ocupado de manera estúpida ni cuántas cosas podría haber hecho en ese tiempo. Y como yo miles de personas. Horas, horas y más horas de productividad se han ido por el ventilador del PC.

Pero hoy se acabó para mi. Las capturas de pantalla son de mis últimas partidas de Arcade (Arcade... es nombre de puerta del infierno). Desde hoy sustituyo mis horas de Bomboozle, Bubble Spinner, Blocks, Floribular, Tetris, etc por dibujar, leer escribir, o matar moscas con el rabo (que curiosamente es lo que hace el diablo cuando se aburre). A partir de hoy, tendré tiempo para llevar a cabo mis ideas (las buenas y las malas, pero eso es otro problema que trataremos otro día) porque renuncio al diablo sea en forma de montar puzzles o estallar bolas o cuadrados.





Hoy renuncio al diablo y a todas sus obras.

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