viernes, 5 de diciembre de 2008

El amor es ciego..., pero mogollón.

Cinco maromos caminan riendo por la playa. Un negraco de anuncio, un rubio con pinta de deportista y dos morenos de los de los Powerpoints que me mandan mis amigas. Los cuatro sin un pelo fuera de su sitio. El úlitmo es más bajito, con pelo (negro) en el pecho, un bañador blanco hasta algo más que la mitad del muslo, un tatuaje de un pene en la espalda (minuto 1:16) el pelo rubio oxigenao y con unas cejas y raíces negras, las últimas de unos cinco centímetros. Avanza dando saltos apoyado en los hombros del negro y uno de los morenos mientras los otros se desplazan por el plano horizontal de manera digna.
Seis pibones femeninos cuya descirpción es trivial (al margen de que están tremendas) los saludan desde lejos y avanzan (también dignamente) hacia ellos. Al cruzarse, los tíos ponen cara de "Ay, omá, qué rica." y ellas, tras pasar de largo, se girán con cara de "Que no, que era broma." Se acercan y se abrazan. No hay información de qué hace la sexta paya, pero aunque ella podía quedarse sin pavo, hay una que se abraza al bajito y se pone a dar vueltas con el agarrada de sus manos (¿¿¿pero que no vio al negro???). Se van al agua. Ella mojada está que me pone hasta a mi, él mojado parece un pollo escurrido.
Por la tarde quedan otra vez con las tías, que se habían ido a casa a hacerse fotos a sí mismas con una Polaroid. Todas llegan en la misma moto y ahora son siete y, aunque llevan vaqueros, por arriba siguen en bikini. Los tíos ahora también son siete y han llegado todos en la moto que parece que conducía el bajito. Por alguna extraña razón, habiendo material para todas (y qué material) el bajito, con una tía a cada lao, observa el horizonte, ellas, le observan a él y ya no sé si reparando o no en la camisa Hawaiiana.
Entre medias, supongo que en el espacio temporal que los demás utilizamos para cenar, se van tod@s a ver atardecer abrazados a un interior de diseño sobre unos esientos de diseño.
Por la noche, el tío, peinado como el príncipe de Beukelaer, baila y canta entre todas las chicas en plan gogó subido a una plataforma. Los cuatro amigos, probalbmente ante la evidencia de que no tenían nada que hacer frente a su amigo el bajito encantador, han montado un grupo y tocan en la discoteca. Al final de la noche, todos birndan mientras el chiquitín se da el palo con el pibón.

¿Qué no...?

http://www.youtube.com/watch?v=dE7rn2rLL4Y

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